Mayo 27, 2015 - PRIMERA PARTE
"La verdadera belleza irradia desde dentro"
por Sonia A. Zoricic
En una entrevista íntima, Myriam Peña Sánchez Garrido, la creadora de la Escuela de Mujeres, nos abre la puerta de su mundo interior y nos cuenta los conflictos que vivió en su adolescencia, la separación de sus padres, sus amigas, las drogas en su entorno y una enfermedad que cambió el rumbo de su vida para siempre.
Cuando Myriam tenía 22 años le diagnosticaron el Virus del Papiloma Humano (VPH) y un posible cáncer de cuello de útero que se desarrollaría en un futuro. Desde aquel momento, sin saberlo, “con toda mi frustración, mi culpa, mi vergüenza, se abrió una gran puerta para mí”, cuenta Myriam en su web. A partir de esta experiencia comenzó a transitar un nuevo camino y se encontró con un círculo de mujeres que justamente trabajaba la sexualidad femenina, dirigido por Carmen En guita. Con la confianza que esta referente le inspiraba, Myriam se entregó a la experiencia y eso la llevó a confiar en su fuerza interior como mujer. “Desde entonces ha sido todo un descubrir, porque la energía sexual según los taoístas es la energía de vida y la energía de vida es inmensa, es oceánica, es infinita.”
El inicio
MAIME: Antes de contraer el VPH, ¿tenías conocimiento de todo este mundo espiritual? ¿Sentías curiosidad? ¿Cómo eras?
Myriam: Pues mira, la verdad es que yo no tenía ni idea de que existía una conexión entre la sexualidad y la espiritualidad. Eso antiguamente era así, se llegaba a la espiritualidad a través de la sexualidad pero claro, lo que a mí me llegó como adolescente - ahora tengo 30 años -no era nada semejante. Pero dentro de mí había algo como un anhelo. Yo siempre me preguntaba sobre el sexo: ¿ya está? ¿Y esto es todo? Bueno, está bien pero tampoco es para tanto… (jaja) Entonces cuando yo tenía 18 años, mi padre me quiso regalar un libro antes del verano porque a mí siempre me ha gustado mucho leer y me acuerdo que me llevó a una librería y me dijo: “bueno, coge el que quieras”. Y yo cogí un libro de Silvia de Béjar que se llama “Tu sexo es tuyo”. Aluciné con ese libro. Se transformó como en mi biblia. Fue algo increíble. Lo leía, y lo releía y me ayudó mucho para quitarme muchos tabús, muchos miedos que tenemos y yo ahí me abrí de alguna forma. Luego fue gracioso porque me empecé a encontrar con algunas amigas que también lo leían e hicimos como un clan entre nosotras.
Myriam es muy natural. Todo en ella lo es. Tiene una sonrisa que le desborda la comisura de los labios. Hay una energía que emana de su mirada, de su soltura al hablar, de la completa convicción en cada palabra que sale de su boca, y te atraviesa sin dejarte indiferente.
MAIME: ¿Cómo era Myriam de adolescente?
M: Es interesante cómo me estás haciendo ir hasta ahí. Myriam de adolescente era una “juerguera”. Yo me he criado en un pueblo a las afueras de Barcelona que tenía mucha vida en la calle. En mi entorno se movían muchas drogas aunque yo no percibía mi barrio como algo inseguro.
Yo iba a la escuela, hacía lo que tenía que hacer (sin mucha motivación pero lo hacía), aprobaba y con buenas notas porque se me daba bien, pero después me pasaba todo el día en la calle. Como en mi familia había mucho caos (sus padres tuvieron una separación difícil a sus 18 años y ella dejó de ver a su madre hasta los 26 años), en la adolescencia mi relación con mi madre no era buena y se acrecentó el rechazo hacia ella y la idealización hacia mi padre. En su momento era algo apoteósico y no me interesaba estar mucho en casa. Yo era muy extrovertida, me gustaba mucho comunicarme con la gente, era bonita, así que conocía un montón de gente de la calle. Y la verdad es que siempre me juntaba con los más chungos. Mis amigos en su momento hasta hace poco estaban en la cárcel. Alguno seguro que se ha muerto por drogas. Eran amigos que traficaban muchísimo -drogas- y yo me juntaba con ellos, así tan natural. Cuando ahora lo miro con perspectiva digo: "wow, me podrían haber pasado muchas cosas, ¡muchísimas!". Pero la verdad es que nunca me pasó nada. Además yo de adolescente era muy bonita y siempre atraía al más chungo de los más chungos. Al más quinqui, al que más la lía de todos…ese se sentía atraído por mi y yo también por él.
¿Y eso te trajo conflictos con tus amigos?
Hubo un tiempo que tuve problemas con mis amigas, si. Bueno, con las que decían que eran mis amigas en ese momento porque yo creo que tengo una energía muy de afrodita, que disfruta de la vida y así lo expresa de natural. Por eso también creo que puedo hacer el trabajo que hago con la naturalidad con que lo hago. ¿Que pasó? Que estas amigas empezaron como a tener celos porque entre que era muy bonita, natural y radiante, pues yo tenía muy buenas relaciones con otros chicos del grupo, del pueblo, de aquí, de allá, y claro, muchos iban detrás de mí. Me refiero a que tenía buenas relaciones pero no significaba que tuviera sexo con ellos, simplemente que me llevaba bien.
por Myriam Peña Sánchez Garrido
Palabras que liberan:
Un amigo una vez me dijo:
"Cuando tú das un paso al frente, el Universo lo da contigo."
Y muchos de ellos estaban como enamorados de mí, pero ahí yo me mantenía al margen porque no fue una adolescencia de tener muchas relaciones sexuales. Pero claro, yo creo que en ese momento comenzaron a conectar energéticamente con la competencia entre mujeres y me empezaron a decir entre todas, como un complot, que yo tenía que cambiar, que no podía ser así. Y yo decía ¿así cómo?. “Así, que no puedes tontear todo el tiempo con los chicos”, y yo les decía “No tonteo, soy así, sois vosotras las que tenéis relaciones sexuales con unos, con otros y os los cambiáis”, (yo eso no lo hacía) pero ellas me culpaban de que tonteaba con todos, que no podía ser y que tenía que cambiar.
"Entonces hubo un momento en el cual me cerré a mí misma y dejé de brillar, dejé de mostrar mi propia luz por no molestar a mis amigas. Y esto realmente me consumió hacia dentro".
MAIME: ¿Cómo lograste salir de ese lugar?
Mi vida era mucha fiesta, mucha juerga, mucha calle, ir con mis amigas, mis amigos un día sí un día no en el cuartel de la policía porque habían robado, cada dos por tres peleas de unos con otros… y esto fue así hasta que a los 16 años conocí al que fue realmente mi primer amor. Esa pareja era un montañero nato. A él le encantaba la natura, las caminatas, todos los deportes de aventura, y yo como tenía esa parte también tan abierta pues la verdad es que pasé de la discoteca y de toda la juerga a toda esta parte más relacionada con la naturaleza. Con él estuve un montón de años e hice todos los deportes de aventura habidos por haber (escalada, descensos de barrancos, sky, mountain bike…), y muchas caminatas en la natura. De hecho, a día de hoy hago muchas caminatas con las mujeres también en la natura, es muy importante. Veo que realmente gracias a él hice unas buenas bases para poder hacer lo que amo a día de hoy.
"Todos los hombres que han pasado por mi vida han sido iniciadores para mí, en una cosa o en otra.
A veces las mujeres me dicen:
'¡Qué suerte tienes!'
Bueno, yo no lo veo suerte, depende la mirada que tú tienes sobre ellos, ¿no?
Atraes lo que irradias."
¿Qué te hubiera gustado decirle a esa Myriam adolescente o qué te hubiera gustado escuchar?
Lo que me hubiera gustado escuchar era que “todo está estaba bien”. Me hubiera gustado escuchar que no había nada raro en mí, ni en mi belleza, ni en mi espontaneidad. Que lo único que tenía que seguir permitiendo era que la vida irradiara a través de mi y que se expresara de la forma que fuera. De alguna manera es el trabajo que hago ahora con las mujeres. Al final tu eres una conexión entre el cielo y la tierra, desde la corona conectas hacia el cielo y desde la vagina, los ovarios, el útero, las piernas y los pies, te conectas a la tierra. Y tú en el fondo eres un canal a través del cuál circula la vida. Es que es tan sencillo. Yo creo que a veces le damos tanta vuelta “que tengo que sanar esto, que tengo que sanar lo otro” y en el fondo se trata de permitir. Tu permites que la vida circule a través de ti, que se exprese. A veces se expresa de una manera, otras de otra, pero todas están bien. O sea, para mi la cuestión está en que se exprese. Cuando empezamos a bloquear porque esto no, lo otro no, lo otro es incorrecto…pues claro, da lugar a lo que yo viví de adolescente, pues te cierras y ahí la vida no puede circular porque se encuentra con diques constantemente y te vas secando también como mujer, vas perdiendo tu fuerza, vas perdiendo confianza en ti. Y eso también es peligroso cuando estás en la adolescencia porque te dejas llevar por lo que otros te dicen, por lo que el otro quiere, por agradar, pero bueno, dejas de ser tú de alguna manera.
Expresiones comunes:
Me hubiera gustado escuchar en mi adolescencia que todo estaba bien en mí, que no había nada que fuera feo ni que tuviera que negar, y que si otras chicas se sentían en ese momento eclipsadas por esa belleza, que era su problema pero no el mío.
Que irradiaran ellas también lo que tuvieran , y así yo también me hubiera nutrido de su irradiación.
FIN de la primera parte
Expresiones comunes:
Conoce un poco más sobre Myriam:
Es pedagoga especializada en Educación Infantil.
En un viaje a Tailandia, se formó a través de la Escuela Oficial de Mantak Chia, sobre Sexualidad Femenina Taoísta y se certificó como terapeuta en "Respiración Ovárica. Alquimia Femenina" (Técnica creada por Saajeva Hurtado).
Actualmente ofrece talleres vivenciales como:
-
Tao erótico de la mujer
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Respiración Ovárica
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Caminata Medicina
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Retiro de Verano entre mujeres
Contacto: www.escuelademujeres.es