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Sexualidad

Enero 16, 2015

 

Masturbarse mola 

 

por Sonia A. Zoricic

 

 

La masturbación femenina es uno de los mayores autoplaceres que pueda existir. Compartiremos algunos consejos para vivir la masturbación como un camino de autodescubrimiento del placer sexual. 

 

Si tengo hambre, voy a comer,

y si siento deseo...

¿por qué voy a reprimirlo o negarlo?  

 

 

 

La sexualidad atraviesa todas las etapas de la vida de la mujer y del hombre. La sexualidad está presente desde la concepción, el nacimiento, la lactancia, en la etapa de exploración de la niña de sus propios genitales, la menstruación, la masturbación, el sexo...si te das cuenta, SOMOS SERES SEXUALES y como tales, la sexualidad forma parte escencial de nuestras vidas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Cómo sé si quiero masturbarme?

 

 

La masturbación es el arte de producir en nosotras el placer supremo: el/los orgasmos. Para animarnos a la masturbación, previamente será importante que reconozcas qué te está pasando y qué es lo que estás sintiendo.

 

Compartimos aquí algunos consejos para que prestes atención a lo que tu cuerpo te quiere decir:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Presta atención a la tensión en tu cuerpo y relaja hombros, cuello, espalda y piernas.

Deja que el cosquilleo fluya.

 

 

Resulta interesante tratar de poner palabras que describan las sensaciones que tenemos las mujeres cuando sentimos deseo. Las mujeres dominamos muy bien lo que tiene que ver con "lo interior": nuestro sexo es hacia dentro, nuestro placer también y podemos estar a tope de excitación que nadie a nuestro alrededor podrá percibirlo (excepto que nuestros ojos comiencen a quedarse en blanco y un hilito de baba comience a caer por la comisura de la boca). El poder de lo oculto fue dado a las mujeres, a diferencia de los hombres que no pueden disimular su excitación tan facilmente. 

 

 

3) Estimulación

 

La estimulación forma parte del universo de posiblidades del erotismo y eso será diferente en cada mujer. Hay mujeres que se ponen cachondas con películas románticas, otras a las que les va el sadomasoquismo, y están las que se ponen con el roce de unos labios en el cuello. La estimulación es un mundo por descubrir y es TU MUNDO a descubrir. Conocer qué te seduce, dónde te gusta que te toquen, donde no, cómo te gusta que te besen, que te acaricien, que te hablen, todo eso forma parte de tu experiencia personal que irás desarrollando durante toda tu vida. No tengas prisa por saberlo todo, puede que descubras cosas nuevas y por eso es mejor no aferrarse a lo viejo conocido.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

4) El miedo

 

El enemigo Nº1 de todo lo nuevo que queremos experimentar. ¿Por qué sentimos miedo y/o culpa de sentirnos excitadas? Porque nos han hecho creer que el sexo es algo sucio, pecaminoso, oscuro, que hay que ocultar. Sin embargo, en la sociedad patriarcal en la que vivimos, la mujer es objeto de deseo todo el tiempo: en las publicidades de ropa de mujer, en las revistas, en la música, tanto para vender un par de zapatos como para vender una cerveza. Parecería que está bien que la mujer se muestre y se exponga, pero no que goce. El gozo no le está permitido. El miedo y la culpa son las armas de poder de esta sociedad y abundan en muchas familias en las que todo lo referido a la sexualidad es tema tabú. 

 

 

 

¿Has visto una peli y te has puesto a tope?

Prueba masturbarte.

No intentes racionalizar ni juzgarte, el deseo no sabe de eso, pues es la mente quien quiere poner nombre a las cosas.

Tú sólo entrégate a gozar. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Desde pequeñas, será muy importante que nuestra necesidad o curiosidad de explorar sea respetada: tocar, preguntar e investigar deberían ser procesos naturales de cada niña, que los padres y las madres deberían acompañar sin enrojecerse o trastocarse ante las preguntas de sus hij@s. 

 

 

Lo mismo sucede con la masturbación: tocarnos forma parte de nuestra necesidad de explorarnos y conocernos y de satisfacer el deseo que nace de nuestro sexo.

 

 

Un video sobre lo difícil que resulta a los padres hablar de sexo con sus hij@s. Te asombrarás cuando veas que una niña de 6/7 años no sabe decir "vagina".

1) Sensación de latido

 

En tu vulva confluyen infinidad de sensores que están conectados a distintas partes de tu cuerpo (cerebro, piel, senos, etc.) Cuando algo te estimula (sea visualmente, por un roce, una caricia, un abrazo, un movimiento, etc.), puedes comenzar a sentir que tu vulva late. Sentirás como si este latido se expandiera y como si tu vagina sintiera la necesidad de abrirse como una flor. Puede que en ocasiones sientas un leve pinchazo pero no te preocupes, esa es tu vulva que está despertando al deseo de ser estimulada y/o penetrada.

 

 

2) Cosquilleo

 

Otra forma de reconocer nuestra excitación puede darse a través del "cosquilleo". Se trata de unas cosquillas que sentimos dentro de la vulva (o bien en el clítoris) y que pueden darte ganas de frotarte con todo lo que se menea. Las cosquillas también te pueden provocar cierta disolución de las tensiones, lo cual es una gran ventaja para que dejes de preocuparte por cosas sin importancia y prestes atención a lo que tu vulva te está pidiendo. Sentirás que la energía comienza a centrarse en tu vulva y es en ese momento cuando puedes comenzar a realizar ciertos ejercicios de relajación que te ayudarán a transitar este momento con mucho placer.

Próximamente:

 

 

Hoy en día circula mucha información al respecto y son numerosos los beneficios de la masturbación femenina. Claro que hay formas para masturbarse, y más de las que puedas imaginar. Masturbarse tiene mucho de creatividad y de encontrar nuevas formas de autogenerarte placer. 

Aprende a masturbarte

¿Cómo sé si he tenido un orgasmo?

 

La respuesta a esta pregunta la conocerás cuando lo tengas. Es una sensación de placer muy grande que nace en tu vulva y que puede llegar a expandirse a todo tu cuerpo. 

Cuando sientas un orgasmo, notarás que vibras y te desarmas.

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